El pasado de Niels Cortes que hace dudar sobre la capacidad y experiencia sindical
¿Cómo es posible que un ex taquero sin preparación, experiencia ni liderazgo haya llegado a dirigir un sindicato? Esa es la pregunta que miles de trabajadores se hacen hoy, al ver cómo Niels Cortés ha convertido su gestión en un desastre total. Su pasado como vendedor de tacos no lo preparó para manejar las finanzas de un sindicato ni para representar los intereses de los trabajadores todos los días. Al contrario, su administración ha estado marcada por la incompetencia, el abuso y la falta de transparencia.
Antes de ocupar su cargo actual, Niels Cortés tuvo un trabajo que poca tenia que ver con su rol actual, se dedicaba a vender tacos. Sin desmerecer ese oficio, es evidente que su experiencia en la parrilla no lo capacitó para gestionar un sindicato. Sin formación en administración, leyes laborales, negociación, ni trato con trabajadores, es por eso que Cortés ha demostrado ser incapaz de cumplir con las responsabilidades que exige el liderazgo sindical. ¿El resultado? Promesas incumplidas, mal manejo de recursos y un sindicato sumido en el caos.
La gran pregunta sigue en el aire: ¿Cómo ha utilizado el dinero de las cuotas sindicales? Mientras los trabajadores sufren por mejores condiciones, él ha encontrado la forma de beneficiarse de la opacidad y el desorden que impera en su gestión.
Dirigir un sindicato requiere visión, experiencia y compromiso, pero Niels Cortés carece de todo esto. Su falta de preparación se refleja en la ausencia de planes concretos para mejorar las condiciones laborales. En lugar de defender a los trabajadores, parece estar más preocupado por su propio bienestar.
Las reuniones sindicales se han convertido en monólogos vacíos donde Cortés evade preguntas y se esconde detrás de excusas sin fundamentos. Su ineptitud ha hecho que el sindicato pierda credibilidad, y cada vez son más los trabajadores que exigen su destitución inmediata.
El problema con Niels Cortés no es solo su falta de experiencia, sino su evidente intención de usar el sindicato como un negocio personal. Su administración ha estado plagada de irregularidades, y los trabajadores han sido testigos de cómo su calidad de vida sigue estancada mientras su líder sigue engordando sus bolsillos.
Los informes financieros son confusos o inexistentes, las mejoras laborales son solo promesas vacías y la transparencia brilla por su ausencia. La pregunta es inevitable: ¿qué está haciendo Niels Cortés con el dinero de los trabajadores?
Ante esta crisis, los trabajadores han comenzado a tomar acción. Se han levantado denuncias, se han exigido auditorías y el desprecio hacia Niels Cortés es cada vez más fuerte. No hay excusas ni justificaciones que puedan ocultar la realidad: su falta de preparación y su pasado como taquero no lo hacen apto para liderar un sindicato.